Crecimiento e inflación por regiones: status quo y previsiones
2021 y 2022 pasarán a la historia como dos de los años más negros de los últimas cinco décadas, marcados por incrementos inflacionarios galopantes en muchos casos. Para tener una visión más certera sobre lo que se avecina, basta con observar la evolución prevista para algunas de las economías claves de cada continente.África. Continuará siendo la región más afectada por la inflación —si bien con abismales diferencias entre sus países miembros— y Sudán encabezará nuevamente el ranking del continente con una tasa inflacionaria superior al 240%. Ahora bien, el país bañado por el Mar Rojo no es el más castigado a nivel mundial por esta lacra.
- América Latina. Venezuela, con valores superiores al 2000% en 2021, es el Estado con mayor inflación no solo de América Latina, sino del mundo. La situación podría tornarse mucho más favorable en 2022 y 2023 si las políticas deflacionarias aplicadas por el gobierno de Maduro tienen los efectos correctivos esperados. Asimismo, otros Estados de América Latina y el Caribe atravesarán por situaciones similares.
- Asia. Las grandes locomotoras como China, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Corea del Sur o Taiwán esempeñarán un importante papel en la salud financiera de la región, ya que son más los países con un sistema financiero débil e hiperflacionado que aquellos que gozan de un óptimo equilibrio financiero. Especialmente China, con una tasa de inflación inferior al 2%, se convertirá en la piedra angular del sistema y deberá evitar incurrir en un episodio deflacionario o en nuevos brotes serios de COVID-19 que estanquen o paralicen su capacidad productiva.
- Europa. La eurozona experimentó una fuerte recuperación de su economía en 2021, con un incremento del 5,2%. Su tasa de inflación media rondó el 1,7% mientras que la tasa interanual a final del periodo fue del 5,1 % en diciembre de 2021. Por países, Turquía fue motivo de preocupación para economistas y expertos del sector al incrementarse su tasa de inflación hasta casi el 20%. Le siguen en el ranking Estonia y Lituania, con el 12% y el 10,7%, respectivamente. Aún es muy pronto para definir de forma precisa el impacto de la guerra ruso-ucraniana, pero la dinámica mostrada por el Viejo Continente en los últimos meses deja ya entrever que a corto plazo no se alcanzará el 2% de inflación pronosticado a finales de 2021.
Oceanía. Los elevados costos del combustible y la vivienda han ayudado a que la inflación australiana alcance niveles superiores a los esperados. Así, la inflación media en 2021 se situó en torno al 2,5% mientras que la inflación interanual en diciembre de ese año era de un 3,5%. Para 2022 se estima que tanto la inflación media como la interanual ronden el 2%.
Impacto de la COVID-19 y de la guerra entre Rusia y Ucrania
El conflicto bélico dinamita no solo el producto interior bruto de los dos protagonistas, sino también del resto de agentes internacionales. De hecho, la desestabilización de la inflación es desde hace varias meses una crónica más que anunciada, ya que los tentáculos de la guerra golpean a varios rubros en todas las esferas socioeconómicas:- Combustibles y materias primas energéticas. Rusia es el principal proveedor de gas natural de Europa, por lo que la interrupción del proyecto Nord Stream 2 y el cese del suministro por parte del país eslavo está generando importantes incrementos en los precios. Asimismo, si bien las energías renovables están destinadas a ser el futuro, a corto y medio plazo ha de contemplarse el uso de otros combustibles menos limpios para suplir la carestía durante la etapa de independización energética de Rusia. Este hecho repercute en las tasas de emisión de CO2 y, por ende, encarece el producto final.
- Escasez de bienes de primera necesidad. Rusia y Ucrania son además grandes productores y exportadores de cereales y aceite de girasol, ambos esenciales en las dietas de cientos de millones de personas. El desabastecimiento está causando estragos sus precios, una situación que debilita aún más el equilibrio financiero de los hogares en todo el mundo.
- Intervencionismo. En 2020 y 2021 muchos hogares y empresas no financieros aumentaron su endeudamiento, en cierta medida gracias a que muchos gobiernos aprobaron paquetes de estímulos fiscales e inyectaron grandes cantidades de dinero para paliar los efectos de la pandemia. Ahora, en 2022, los niveles de deuda han subido de forma extrema y la inminente alza de las tasas de interés mundiales van a fomentar reducción de este apoyo fiscal. Ello puede generar vulnerabilidades en los mercados de crédito a medida que suban las tasas de interés y las primas por riesgo, afectando la estabilidad financiera.
COVID-19. Si bien la ómicron, última variante del virus, parece haber tenido un impacto menos grave sobre la salud de los afectados y sobre el sistema sanitario en general, la pandemia dista mucho de estar controlada. Un nuevo brote más agresivo unido a la situación actual podría conllevar una paralización de la actividad productiva y, por ende, a acentuar aún más la falta de determinados productos y servicios.