Facebook se convierte en Meta
En octubre de 2021, la compañía comunicó el cambio de su nombre por el de Meta. Con ello dejaba entrever la intención de Facebook de centrarse en lo que considera es el siguiente paso de las tecnologías en la red: el metaverso. A nivel general, ni el nombre ni el funcionamiento de Facebook y el resto de aplicaciones se ven afectados, pero ahora se sitúan bajo el paraguas de Meta. La operación es en cierto modo comparable a la reestructuración corporativa de Google y la fundación de Alphabet Inc. en 2015.
Sin embargo, el discurso de Zuckerberg no ha cuajado como debiera ni entre los internautas (perdiendo por primera vez en su historia un millón de usuarios diarios activos) ni entre unos accionistas decepcionados ante la desvalorización de sus acciones. Y es que Facebook vive uno de sus peores momentos bursátiles, con una caída acumulada entre enero y febrero de 2022 de más del 40%. Esta situación hace peligrar muy seriamente la posición de Meta en el ranking de las diez empresas con mayor capitalización bursátil en el índice Dow Jones y su pertenencia al grupo GAFAM, al descender su valoración por debajo de los 600.000 millones de dólares estadounidenses.
La publicidad online como fuente de ingresos
En 2021, Facebook generó una facturación por valor de 117.929 millones de dólares, la mayor parte gracias a la publicidad online. En este sentido, 2022 se presenta como un periodo de incertidumbre para Meta tras la introducción de una serie de cambios en la herramienta de identificación de los usuarios de su sistema operativo para móviles Android, unas modificaciones que pueden tener un impacto muy negativo en el negocio publicitario de Meta y en la utilización de Facebook e Instagram por grandes marcas e influencers. Cabe destacar que firmas de la talla de Samsung, Coca-Cola o McDonald's tienen millones de seguidores en sus perfiles de Facebook.
Preocupante gestión de la privacidad
Facebook ha recibido repetidas críticas por su postura sobre la protección de la privacidad de sus usuarios. El escándalo de Cambridge Analytica de marzo de 2018 fue solo uno de los muchos ejemplos denunciados. De hecho, a principios de 2022 alcanzó un acuerdo extrajudicial con un grupo de usuarios de Estados Unidos a quienes pagará 90 millones de dólares por haber violado su privacidad en 2012. A esto se suman los episodios de filtración de datos online, el último de ellos en abril de 2021, cuando cerca de 533 millones de cuentas se vieron afectadas.