En el caso de España, los ingresos del sector de los bienes de consumo tecnológicos (TCG) superaron la cifra de los 4.300 millones de euros durante el último trimestre de 2018, siendo la electrónica de consumo y los productos vinculados a las telecomunicaciones y las tecnologías de la información los más beneficiados por este impulso. Así las cosas, no es de extrañar que los españoles gasten de media más de 400 euros en productos tecnológicos ni que el volumen de negocio del comercio electrónico de electrodomésticos y productos de imagen y sonido ascendiera a aproximadamente 242 millones de euros solo en el último trimestre de 2018.
Y es que nadie parece querer privarse del disfrute de las nuevas tecnologías, lo cual se refleja también en el equipamiento de los hogares. Casi el 100% de las viviendas principales españolas están provistas de al menos un televisor, y tampoco bajan del 90% los hogares que disponen de teléfono móvil. En el caso de otras tecnologías como los ordenadores —en todas sus variedades— y los aparatos de radio, la presencia en los hogares es ligeramente inferior, aunque con porcentajes en ambos casos superiores al 70%.
Sin embargo, los aires de bonanza no soplan con la misma intensidad en todas las direcciones. En este proceso de desarrollo, varias son las tecnologías que han sucumbido en beneficio de otras. Los terminales de telefonía fija o los reproductores de MP3 o MP4, así como los de DVD, han visto disminuir sus ventas y su penetración en los hogares españoles como consecuencia de las nuevas opciones tecnológicas y de entretenimiento audiovisual.
