En cuanto al origen de los turistas en las seis principales zonas costeras del territorio español, el turismo doméstico solo prevalece en la Costa de Alicante, también conocida como Costa Blanca, aunque también le planta cara al turismo receptor en la Costa del Sol (Málaga) y la Costa Brava (Gerona). Y es que la unión de sol y playa también es uno de los mayores alicientes para ir de vacaciones entre la población residente en España. En la costa alicantina, además, se producen al año más de 17 millones de pernoctaciones y la ocupación hotelera anual no baja del 61% desde el año 2012.
En el caso de los archipiélagos españoles, la historia cambia. Tanto en la zona sur de Tenerife como de Gran Canaria, el número de turistas internacionales registrados en establecimientos hoteleros llega a triplicar al de turistas nacionales. En el caso de la zona de Palma-Calvià (Mallorca), la diferencia es aún mayor, ya que el turismo procedente del extranjero llega a ser diez veces superior al turismo doméstico. La insularidad y el hecho de que los españoles prefieran ir de vacaciones en su propio vehículo parecen ser dos razones para ello. En todo caso, tanto unos como otros, son culpables de que la ocupación hotelera lleve años sin bajar del 70% en la mayor de las Baleares, así como en Tenerife y Gran Canaria.