Dependiendo del país que se trate, la tradición de abrir los regalos se realiza un día u otro pero el sentimiento consumista, en mayor o menor medida, es el denominador común. De hecho, la mayor parte del presupuesto navideño de los ciudadanos europeos se destinó principalmente a regalos, siendo el gasto total estimado por hogar superior a los 450€ en el año 2018. Del mismo modo, el presupuesto de las familias españolas se destinó primeramente a regalos, seguido de comida, viajes y por último a actividades de ocio.
Los establecimientos físicos, hasta la fecha, son el canal de compra de juguetes preferente por los ciudadanos europeos, a pesar de que año tras año, cada vez más gente realiza sus compras de Navidad por Internet. En esta coyuntura, el comercio electrónico es un mercado cada vez más consolidado gracias a la progresiva confianza que los usuarios van adquiriendo y al auge de las compras a través de dispositivos móviles.
Todas estas costumbres, para muchos demasiado materialistas, pueden convertir esta fecha en un malestar en los días previos y en un obligado ajuste de presupuesto en los días posteriores. Para otros, sin embargo, la Navidad es una fecha esperada con entusiasmo durante el resto del año.
