Más de 300.000 refugiados de la comunidad rohinyá necesitan asistencia

La ONU denunció ayer lunes a través de su alto comisionado de Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, que la represión de la comunidad musulmana rohinyá por parte del Ejército de Birmania podría ser un ejemplo claro de limpieza étnica. Debido a los crímenes que se están cometiendo contra ellos, hasta el 10 de septiembre de 2017 alrededor de 313.000 personas se han visto obligados a huir de Birmania en dirección a Bangladés, según estima la International Organization for Migration de las Naciones Unidas.

Como muestra esta infografía de Statista, para asegurar la supervivencia de todas estas personas, se calcula que serán necesarios al menos 64,4 millones de euros hasta final de año. Entre otras instalaciones, deberán ser construidos 60.000 refugios y 15.000 letrinas, según recoge la página web Intersector Coordination Group.

La represión por parte del Gobierno de Birmania, de religión budista, a la minoría étnica musulmana se ha acrecentado en las últimas semanas a raíz de un atentado perpetrado por parte del grupo insurgente rohingya Arakan Rohingya Salvation Army (ARSA) que acabó con la vida de 12 policías birmanos el 25 de agosto.