América Latina ha experimentado avances significativos en materia de derechos reproductivos durante los últimos 15 años, impulsados principalmente por la presión de los movimientos feministas. Según datos del Centro de Derechos Reproductivos, actualmente son seis los países de la región que permiten el aborto sin restricción de causa.
El caso más reciente es el de Colombia, que en 2022 despenalizó la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 24 de gestación. Antes, la legalización en Argentina (2020) y Uruguay (2012) se convirtió en un referente internacional y un impulso para el activismo feminista en el continente.
Sin embargo, los avances conviven con fuertes restricciones. Cinco países —El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua y República Dominicana— mantienen una prohibición absoluta, incluso en casos de violación, riesgo para la salud de la madre o inviabilidad del feto.
El debate cobra especial relevancia en una región que registra una de las tasas más altas de embarazos no deseados a nivel mundial. De acuerdo con organismos internacionales, tres de cada cuatro abortos en América Latina se practican en condiciones inseguras, lo que convierte a la legalización en una herramienta clave para reducir la mortalidad materna.




















