Entre 2020 y 2025, América Latina ha visto crecer el número de expresidentes condenados por la Justicia. Este fenómeno, conocido como la judicialización de la política, refleja cómo cada vez más exmandatarios, muchos de ellos con gran popularidad, terminan en los tribunales.
La corrupción es la causa más frecuente detrás de estos procesos. Según Transparencia Internacional, gran parte de la región registra bajos puntajes en el Índice de Percepción de la Corrupción, con Venezuela a la cabeza como el país con la peor valoración.
Pero no todos coinciden en que se trate solo de justicia. Algunos analistas advierten sobre el avance del lawfare, es decir, el uso de los tribunales con fines políticos en sociedades marcadas por la polarización, para desacreditar o neutralizar a líderes incómodos.
En estos cinco años, varios expresidentes se han visto envueltos en escándalos judiciales. Y 2025, en particular, ha sido un año turbulento: la Justicia dictó condenas contra el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, el expresidente colombiano Álvaro Uribe y la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner.




















