La presencia de árboles y zonas plantadas en los entornos urbanos ofrece muchas ventajas en términos de bienestar de los residentes, biodiversidad, secuestro de dióxido de carbono y adaptación al calentamiento global. Al crear islas de frescor, la presencia de espacios verdes puede reducir varios grados las temperaturas en las ciudades durante las olas de calor.
Según las cifras del Cuadro de indicadores de infraestructura verde (2021) publicado por la Agencia Europea de Medio Ambiente, en las 37 capitales europeas estudiadas, la proporción de territorio urbano cubierto por infraestructuras verdes (parques, bosques, jardines, etc.) alcanza una media del 41%. Las ciudades del centro y norte de Europa son las que presentan una mayor cobertura verde: 77% en Oslo (Noruega), 74% en Zagreb (Croacia) y 62% en Helsinki (Finlandia), mientras que capitales como Berna (Suiza), Madrid (España) y Berlín (Alemania) tienen tasas ligeramente superiores al 50%.
La ciudad de París sale bastante peor parada que la media europea: con alrededor de una cuarta parte (26%) de su superficie cubierta por infraestructuras verdes, la capital francesa se sitúa por detrás de las capitales italiana y neerlandesa, Roma (34%) y Ámsterdam (31%). Pero la cifra es aún más baja en Atenas (Grecia), donde la infraestructura verde sólo representa el 17% de la superficie urbana.