La cantidad de casos confirmados de COVID-19 en América Latina y el Caribe ya supera los cuatro millones, según los datos de hoy, 23 de julio, de la Universidad Johns Hopkins. Sin embargo, ese número sólo tiene en cuenta los casos que han sido debidamente diagnosticados, es decir, aquellos que fueron detectados a través de la prueba médica correspondiente. La capacidad de monitorear el avance de esta pandemia en todo el mundo depende, en gran parte, de la cantidad de tests que se realicen. Cuanto mayor sea el universo de población que se sometió a un test, más fiable será el dato resultante de casos totales.
Como muestra este gráfico de Statista basado en los datos de Our World in Data, más del 60% de las pruebas de COVID-19 realizadas en países como México, Brasil y Bolivia han resultado positivas. Cuando dicha proporción es muy elevada, esto implica que los tests realizados no han sido suficientes. En México, por ejemplo, casi un 64% de las pruebas realizadas arrojaron un diagnóstico positivo de coronavirus. En otros países donde este porcentaje es más reducido, como en Uruguay, se necesitan más de 100 pruebas realizadas para dar con una persona infectada. Según la Organización Mundial de la Salud, esta proporción - también conocida como “tasa de positivos” - debe situarse entre un 3% y un 12% para que la cantidad de pruebas realizadas sea considerada adecuada.