España es uno de los países que más dificultades tendrá para afrontar las pensiones de sus mayores en las próximas décadas, por lo menos en el ámbito demográfico. Esto se debe, entre otros factores, a la elevada esperanza de vida sumada a la baja natalidad de sus habitantes.
Tal y como recoge el informe de la OCDE "Pensions at a Glance 2019”, publicado esta semana, en el año 2050 España será el tercer país de los 36 que componen la organización de cooperación con mayor proporción de mayores en relación con el número de adultos en periodo activo. Así, por cada cien personas de entre 20 y 64 años, esto, en edad de trabajar (y cotizar), habrá 78,4 con una edad superior a los 64 años. Según cálculos de OCDE, solo en Japón y Corea del Sur el desequilibrio relativo a favor de los ancianos será mayor, con 80,7 y 78,8, respectivamente.