Kilómetros de arena blanca, aguas cristalinas y clima perfecto son algunos de los elementos que hacen del Caribe uno de los principales destinos de viaje a nivel mundial. El sector turístico es una de las partes más importantes de la economía de algunos países caribeños como Aruba, donde a pesar de la pandemia por COVID-19, representó cerca del 45% producto interno bruto (PIB) nacional en 2020. Se estima que la cifra de visitantes internacionales en el Caribe superó los 10 millones ese año; un valor importante considerando las circunstancias, pero que, sin embargo, supone una vertiginosa caída con respecto a 2019.
Por su parte, Cuba sorprende por la belleza de cada una de sus esquinas, gentes, playas o ciudades. El auge del turismo en la isla se dio entre 2016 y 2019, años en los que superó la barrera de los cuatro millones de visitantes internacionales. Este periodo coincide con los últimos años del mandato de Fidel Castro y la breve toma de poder por parte de su hermano Raúl Castro. Sin embargo, el paraíso caribeño fue azotado primero por la marcha atrás en el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos de mano del expresidente Donald Trump, segundo por la COVID-19 y, por último, por los levantamientos sociales a mediados de 2021 causados por los problemas que más aquejan a la sociedad: la carestía alimentaria, la crisis sanitaria y la Tarea Ordenamiento.
La región ha llevado a cabo una intensa campaña de vacunación con el fin de reafirmar la seguridad sanitaria de sus visitantes. Sin embargo, el avance del virus y sus mutaciones han hecho que los resultados de los esfuerzos para normalizar la situación se hayan visto minimizados. Por ello, el Caribe se mantuvo en una hibernación económica parcial por casi dos años con la intención de no agudizar más la vertiginosa caída. Ahora bien, a finales de 2021 e inicios de 2022, la actividad en este área ha experimentado un nuevo repunte gracias a que múltiples naciones han relajado e incluso suprimido sus restricciones de viajes y a que se han realizado esfuerzos de coordinación para reducir los riesgos que el virus origina.
Principales destinos
República Dominicana, Puerto Rico y Cuba destacan como los principales enclaves en cuanto atracción de turistas internacionales en la región. La excelente experiencia creada en torno a un sinfín de actividades vacacionales e imponentes resorts todo incluido en Punta Cana ha ayudado a que Republica Dominicana se convirtiese en el lugar de vacaciones elegido por más de cinco millones de turistas internacionales en 2021. Algo similar sucede también con Puerto Rico. El encanto boricua no ha pasado desapercibido para varios millones de visitantes anuales que buscan disfrutar sus vacaciones entre reservas naturales, mares de color turquesa y atractivos culturales como los de su capital, San Juan.Por su parte, Cuba sorprende por la belleza de cada una de sus esquinas, gentes, playas o ciudades. El auge del turismo en la isla se dio entre 2016 y 2019, años en los que superó la barrera de los cuatro millones de visitantes internacionales. Este periodo coincide con los últimos años del mandato de Fidel Castro y la breve toma de poder por parte de su hermano Raúl Castro. Sin embargo, el paraíso caribeño fue azotado primero por la marcha atrás en el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos de mano del expresidente Donald Trump, segundo por la COVID-19 y, por último, por los levantamientos sociales a mediados de 2021 causados por los problemas que más aquejan a la sociedad: la carestía alimentaria, la crisis sanitaria y la Tarea Ordenamiento.
El Caribe mexicano
Cuando se habla de turismo en México es imposible no mencionar la península de Yucatán, que es por antonomasia uno de los principales atractivos del país azteca. De hecho, el Aeropuerto Internacional de Cancún recibió mayor número de viajeros que ningún otro del país en 2020, superando así a los ubicados en Ciudad de México y Guadalajara. Incluso a pesar de que dicha región fue de las más afectadas económicamente por el SARS-CoV-2 en 2020, el panorama se ha vuelto relativamente positivo, ya que en 2021 el número de turistas alojados en hoteles del Caribe mexicano superó nuevamente los dos millones y el grado de ocupación hotelera llegó casi al 50%.La pandemia: reto y pronósticos
Durante la última década, la actividad turística caribeña había mostrado una tendencia al crecimiento constante hasta la llegada de la pandemia de COVID-19. Al ser uno de los principales medios de ingresos de la zona, el impacto en la industria representó grandes pérdidas económicas. Se estima que el empleo en el sector se redujo casi un 25%, debido a la destrucción de cerca de 700.000 puestos de trabajo. Asimismo, los ingresos cayeron un 65%, después de haber registrado cifras superiores a los 18,51 millones en 2019. Para hacerse una idea de lo que esto significa, las previsiones del sector realizadas por el equipo de Statista revelan que hasta 2024 no se registrarán de nuevo valores similares a los de 2019.La región ha llevado a cabo una intensa campaña de vacunación con el fin de reafirmar la seguridad sanitaria de sus visitantes. Sin embargo, el avance del virus y sus mutaciones han hecho que los resultados de los esfuerzos para normalizar la situación se hayan visto minimizados. Por ello, el Caribe se mantuvo en una hibernación económica parcial por casi dos años con la intención de no agudizar más la vertiginosa caída. Ahora bien, a finales de 2021 e inicios de 2022, la actividad en este área ha experimentado un nuevo repunte gracias a que múltiples naciones han relajado e incluso suprimido sus restricciones de viajes y a que se han realizado esfuerzos de coordinación para reducir los riesgos que el virus origina.
